martes, 23 de junio de 2009

carta a un maltratador




Querido:

No quería escribirte, pero he decidido hacerlo, quiero que sepas, antes de que nos separemos definitivamente, lo mucho que te he querido, lo mucho que te quiero, cuánto te echaré de menos, el gran dolor que me has dado durante los años que hemos pasado unidos, quiero que sepas lo que te pierdes si no sigues conmigo, porque me temo que sin mi amor no tendrás felicidad, ni nadie a quien maltratar, porque si te falto, nunca, nunca…, volverás a ser feliz, si es que realmente algún día has sentido el verdadero amor junto a mí.
Te irás o me iré, igual dará, nos hemos de separar, juntos no podemos vivir, eso no volverá a pasar, nos separaremos y cada uno nuestra vida viviremos, no puedo permitir que mi vida vuelvas a dañar, ¡mi vida es mía!, no te voy a dejar que me vuelvas a maltratar,… si eso es lo normal, busca a otra, olvídate de mí, otra vez no me pasará que me vuelvas a mentir, con otra no me volverás a engañar, porque me voy a alejar de ti, nunca volverás a saber de mí.
Ahora te voy a explicar los motivos de mi marcha, aunque…, tú los debes saber. Tú me has dado los motivos, me has puesto a prueba muchas veces, muchas veces me has mentido, tú siempre me has engañado, has jugado conmigo, has puesto en peligro nuestra vida en común, ahora no estamos unidos, nuestras almas no se entienden, creo que nunca se han entendido, porque nuestros corazones amor mutuo no han sentido.
Las cosas son como deben ser, difíciles no las tenemos que hacer, mi marcha será muy rápida, cuando vengas a darte cuenta, ya me habré ido, de tu vida habré salido, recomenzaré en soledad, volveré a vivir en paz, esa paz que me has negado siempre con tu agresividad, la que me has regalado a lo largo del camino que juntos hemos recorrido, me has dejado herida, física y psíquicamente, mi alma de dolor has partido en dos, no sé si volveré a confiar en otro alguna vez, quizás, pero procuraré que el que su amor me dé, me cuide y me quiera como yo lo he de querer, que me dé felicidad, que me dé amor, el que tú no me has sabido dar, oportunidades has tenido, pero no las has sabido aprovechar, ahora, es tarde ya, me marcharé, y quiera Dios que no me vuelva a encontrar contigo jamás, a Él se lo pediré, y si es tan infinitamente bueno, como de niña me enseñaron a creer, me lo concederá, y contigo jamás me volveré a cruzar.
Te escribo esta carta, la primera y última que te dedicaré, para que no quede duda de las razones que me han obligado a abandonarte, las que te has dignado darme, las que me han dejado herida para toda la vida, las que tú conoces, tú las penas me has inflingido, esas penas me han herido, y pienso que nunca podré volver a confiar en ti, te lo repito, no me volverás a engañar, y, por fin, podré de mi vida disfrutar, sin tu presencia, me hace daño tan sólo en ella pensar, libre seré sin ese amor que no me das, porque tu corazón no sabe lo que es amor, es la verdad.
Mis ultimas palabras vas a leer, yo no puedo comprender que nuestro amor haya muerto: yo no puedo olvidar los buenos momentos, pero, me gusta pensar en mi vida sin ti, aunque con mi dolor no puedo, mi alma llora de pensar, pues…, cuando lo pienso, cuando pienso que estaré sola, mi corazón llora, pero no lo dudes, lo superaré, alguien me ayudará, y seguro que me querrá, como yo te he querido, a otro lograré amar, y eso supondrá mi libertad.
Las despedidas son tristes, esta carta me despide, cuando la leas, ya no me verás, mi presencia no estará en la casa que juntos hemos compartido, en la que hemos vivido, la que me ha visto gemir y llorar, pero no me volverá a ver en ella nunca más, tan sólo te quedarás, que seguro que de menos me echarás.
Al fin me voy, no llores mi ausencia, a mi no me quedan lágrimas, las agoté junto a ti, mi hueco no llenarás jamás, muy equivocado estás, esta despedida es para toda la vida, aunque estas letras escribiendo he llorado, por el dolor que me has dado, no te equivoques, no son lágrimas de pena, son de felicidad, porque no te volveré a ver nunca más.
Adios, no pienses en mí, no evoques mi presencia, me voy feliz.


¿Qué piensan los animales?





El mundo animal debe ser muy peculiar, no sabemos cómo sienten y piensan los animales, ni si sienten de verdad, ni cómo los entendemos, ni cómo los comprendemos, ellos no se manifiestan como nosotros, no saben hablar, unos saben piar, otros ladrar, otros maullar…, es de suponer que entre ellos se entenderán, con sus lenguajes comunes, los perros con los perros hablarán, los gatos con los gatos lo harán, los pájaros con los pájaros piarán, pero luego, todos entre sí, ¿se entenderán?, creo que eso nunca se sabrá.
Pero aquí nos vemos a referir a las mascotas nada más, esos bellos animales que nos dan gran compañía, día a día, porque ellos nos comprenden, les llega nuestros sentimientos, nuestros llantos y pesares, también nuestras alegrías, se entristecen con nosotros, y también son felices en nuestra compañía, así lo dice su nombre, para eso están éstos bellos ejemplares, no nos hablan, no les hace falta, saben lo que queremos, cual si entendieran con exactitud lo que pretendemos en todo instante y momento, pero vamos a detallar por qué lo sabemos.
Primero hablaremos de los perros, con distintas razas cuentan, pero todas con inteligencia, se comunican muy bien, no les hace falta hablar, solamente con mirarlos sabemos lo que quieren de nosotros, su mirada habla aunque no tenga palabras, nos piden con la mirada lo que quieren, sólo hace falta entenderlos, si sus ojos te miran directamente y luego a su plato vuelven, es que quieren su sustento, pues de nosotros dependen, ellos no saben ponérselo, no tienen manos ni boca, con las patas nos saludan, alzándola hacía la altura, con la boca ladran, beben y comen, lo que nosotros queremos, pues si no se lo ponemos, nos mirarán con tristeza, al ver que su mejor amigo no les cuida con presteza.
Nos muestran su alegría, sus sonrisas, con su rabo, cuándo mecen de lado a lado, no sonríen con la boca, con ese rabo que tienen muestran su agradecimiento, por lo que por ellos hacemos, y si para arriba están, con ello nos comunican su gran felicidad, como he dicho, para nosotros entenderlos, no les hace falta hablar.
Si enfermedad padecemos, te consuelan con su llanto, bajo, sin lagrimas, pero doloroso, lastimoso, lloran contigo tus penas, y, si pueden, te consuelan, con sus besos, que con sus lenguas te dan, acariciando tus manos, brazos y piernas, hay quien no los deja, porque reparos les da, pero esos besos hermosos, nos dará gran alegría, nos ayudará las penas olvidar, y ese pequeño o gran animal, dependerá de su raza, siempre nos acompañará.
Es un amigo seguro, no te fallará jamás, siempre contigo estará, en lo bueno y en lo malo, eso…, no lo hacen los humanos, ellos estarán contigo según momento y conveniencia, en lo bueno aplaudirán, y en lo mano, pues…, huirán, lejos de ti querrán estar, para su vida no complicar.
El resto de las mascotas, igual se manifestarán, cada uno en su lenguaje natal, también se comunicarán a través de su mirada, con gestos muy similares, dependiendo con qué cuenten, si pico o boca, pero seguro, que se harán entender, y que nosotros comprenderemos muy bien lo que quieren conseguir, sólo hace falta mirarlos, a sus ojos, de igual manera que hemos dicho anteriormente, y comprenderemos pronto lo que quieren, y se lo daremos, igual que he dicho antes, lo haremos.
Las mascotas han existido siempre, no es un invento actual, siempre han acompañado al humano, y cariño les ha dado, y les han dedicado todo su cariño y alegría, hasta el fin de sus días.


lunes, 15 de junio de 2009

La alegría de vivir





La alegría de vivir, es lo mejor que debemos tener, la vida es lo que nosotros queremos que sea, hay que aceptar el día a día, lo que la vida nos da, si queremos, nos puede dar felicidad, aquello que nosotros sembramos en nuestro pasado, nos ayudará y nos enseñará, tenemos la mejor maestra que se puede tener, para alcanzar la felicidad, es la vida, ¡que buena maestra es!, todo nos lo puede mostrar, lo bueno y lo malo, pero todo lo debemos aceptar, porque todo su aplicación tendrá.
El pasado, ese pasado remoto, nos puede ayudar a hacer frente a toda adversidad, esto nos debe servir para encontrar el equilibrio emocional, si este pasado malo fue, no debemos llorar, sólo tenemos que recordar, que lo pasado, pasado está, y que para nuestro presente, eso servirá para alcanzar esa felicidad que pretendemos disfrutar, con compañía, claro está, la soledad debemos apartar de nuestro lado porque, si no, la vida, de verdad, feliz no será, la compañía es primordial, a los seres queridos debemos dejar que nos acompañen por este camino, el que la vida nos da.
¿Y el futuro?, ¿qué pasará?, no nos ha de importar, el futuro interfiere en nuestra felicidad, no hay que pensar en las cosas que no sabemos si llegarán, el futuro puede ser un segundo, un minuto, un día, no lo sé, eso nadie lo conoce de él, no se deja ver, ni el mejor futurólogo lo podrá hacer, porque el futuro de color negro es, no se puede alcanzar en esa oscuridad, no se ve lo que será en realidad, entonces, ¿qué hacer?, olvidarlo, el futuro no se puede olvidar, porque aún no ha llegado y no se sabe si pasará, el presente, es el momento que hay que disfrutar, el día a día será…, el que nos dé la felicidad.
La alegría debe ser vivir cada momento como si fuera el último de nuestras vidas, disfrutarlo con valentía, hacer frente día a día a todas las cosas que nos vayan pasando, con la sonrisa que en la boca debemos tener, mirar los problemas como si fueran nubes blancas, traspasarlas cual si fuésemos fantasmas, pero solucionarlos como si fueran regalos que recibimos de unas manos que nos lo dan resueltos, o casi, no podrán éstos terminar con nuestra paz y amor en esta vida, que el cielo nos regala, hasta que lleguemos al final, pero contentos de a él llegar, porque a lo largo de nuestras vidas, hemos sembrado, una gran felicidad, que a la larga, antes o después, su fruto nos dará.
¡Qué alegría!, vivimos pensando en problemas, ¡no por Dios!, pensemos en cosas buenas, que no nos quiten esa felicidad de vivir, nada de esa alegría, no dejemos entrar en nuestras vidas la tristeza fatal, no nos debe amargar, ¡hay que rebasarla!, ¡hay que rechazarla!, debemos quitar de nuestros destinos ese obstáculo que no nos deja disfrutar de nuestros presentes, en el que debemos estar.
¡Al fin, esa alegría que al principio he dicho, se hará realidad!, y nuestra vida estará llena de felicidad, que nos acompañará en nuestro camino, hasta el final, y recogeremos lo que hayamos sembrado, en el otro lado, cuándo nuestras almas vuelen hasta el cielo, y los nuestros nos recuerden, con amor, por esa felicidad que les hemos dado en nuestro caminar.



martes, 9 de junio de 2009

Aniversario

En esta entrada voy a recordar, y paso a contar una intimidad, un aniversario de muchos años, treinta, en el que me dedicaron, en una postal, una poesía, que para mí fue de fantasía, la recuerdo como si la hubiera recibido hoy, fecha próxima a otro aniversario, por eso quiero glosar y contar, lo que con su escrito se me regaló por mi amor, con un gran ramo de 30 rosas rojas, una por cada año, que después se marchitaron, pero que en mi alma quedaron como signos de la pasión que habíamos sentido hasta entonces, sentimos ahora y sentiremos en el futuro, y que celebraremos en cada año de aniversario que cumpliremos.

Paso a escribiros y transmitiros cuanto amor en esas letras había, eran pura poesía, y siguen significando para mi el más puro cariño, el amor, la pasión, que la vida me dio, y que yo encontré en un día alegre, cuando el destino me lo regaló:

Treinta años ha, la vi deidad y me postré a adorarla y me dedico a hablarla…., de las cosas, las rosas, las flores de primavera.

Hoy todavía se llaman rosas, y la memoria de su tránsito, prisa.

¡PRISA DE VIVIR MÁS!

A largo amor nos alce esta pujanza en cada instante.

Rosas treinta, flores de la floresta.

Corté todas la rosas, las flores, adivinanza de la esperanza.

Lo mío es tuyo, lo tuyo es mío; toda la sangre formando un río.

Amada sin secreto,

Tan cercana te veo en este día junio,

A las 7,30 horas, P.M., del año en curso,

Que hace el sol en ti misma

Como emana tu savia ardiente

Bajo limpio raso.

Y hago sarmiento de mi amor,

Que gana oro para la sed

En que me abrazo

El aliento del beso que nos demos y del cual bebemos, sigamos viviendo en la belleza de las rosas, de los claveles y de las flores. Amparemos nuestras vidas, en las flores y en lo caminos de la dicha y en el amor de verdad.

Un muy redondo beso.

Gocemos de nuestros hijos y de nuestra felicidad.

Espero que hayáis comprendido mi presentación, mas amor no hallaréis jamás, ni lo encontraréis, ¡no buscadlo!, el destino os lo regalará, como a mí, un amor puro, que os hará felices, hasta el final, y que hasta más allá del cielo os acompañará, porque nunca, por nada ni por nadie, os abandonará.





lunes, 8 de junio de 2009

A un gran amigo


En esta entrada que es real, yo os quiero participar la pena que siente mi corazón, por la muerte de un amigo, un gran amigo, de muchos años, amigo de infancia de mi marido, con el que siempre contacto ha tenido, a pesar de la distancia con que han vivido, sus corazones estaban unidos a pesar de los kilómetros que los separaban, cada uno estaba en una punta de España, pero se comunicaban, y cada verano pasábamos, en su casa, que construyó con sus manos, y él mismo decoró, suelos y ventanas con maderas nobles, como él era, y seguirá siendo, seguro, pues la muerte no se lleva, las buenas virtudes y los buenos sentimientos del las personas, que han repartido en su vida tanto cariño y ternura como este gran amigo ha hecho, para que nunca lo olviden las personas que lo han querido.
Desde la infancia se conocían, y compartían sus travesuras de niños, en un pueblo de castilla, que está muy cerca de Burgos, antes, cuando los coches eran pocos, incluso podían ir andando a la capital, y veían su Catedral, la más grande y bella que tiene España, con sus agujas alzándose al cielo, cual si se quisieran acercar a su azul, y, pienso yo, ¿habrá podido llegar con estas agujas de la catedral al cielo?, seguro, por sus virtudes, mantenidas durante toda su vida, que repartió por doquier, a las personas que amaba, para que con ese recuerdo…, nunca, nunca lo olvidaran.
Volveremos a hablar de sus travesuras unidos en la niñez, hasta que la vida los separó, pero esa unión no se ha roto nunca, por nada, cuando niños juntos jugaban, las travesuras unidos planeaban, y a cabo los dos juntos las llevaban, eran cosas de niños, pero a veces, buenas broncas se llevaban, y el maestro de la escuela del pueblo, en las manos con la palmeta le daba.
La adolescencia llegó, y la vida los separó, todos los años se veían, porque ellos sabían que en el pueblo todo lo compartían, y recordaban toda su vida, desde que nacieron, y de cuando en él vivieron, luego, sus trabajos, distintos, a cada uno a sus obligaciones llevaba, de nuevo se separaban, pero no, ¿qué digo?..., eso nunca pasaba, por teléfono tenían sus conversaciones, y todo se lo contaban, y sus corazones unidos por su amistad continuaban.
Los dos sus tiempos recordaban, con deleite, y lo pasaban tan bien como cuando sus travesuras hacían, como si las volvieran a vivir en sus recuerdos de infancia, los años retrocedían para ellos, se encontraban de nuevo riendo con sus hazañas, de antaño, pero que tan bien recordaban que, al pasado les llevaba, y de nuevo las disfrutaban, y ahora, como estaban en el presente, pues castigos no tenían.
Quiero terminar esta entrada, con este homenaje y recuerdo a nuestro gran amigo, grande, como sus buenos sentimientos, siempre lo recordaremos contento y feliz, como era, en nuestro corazón siempre lo tendremos, nunca lo olvidaremos, porque la personas con esta ternura y templaza, dejan un huella grande en nuestros corazones, nuestros corazones están heridos, por la muerte de un gran amigo, pero en ellos siempre estará, no lo podremos olvidar jamás, porque a los amigos de verdad, a los que nos ayudaron en la vida, nos aconsejaron y nos apoyaron, no se pueden olvidar.
Amigo, que Dios te tenga consigo, que disfrutes de su paz, nosotros llegaremos allá, y algún día de nuevo nos reuniremos contigo.<