viernes, 31 de enero de 2014

Los caminos de la vida


La vida hay que vivirla,
Desde que nos conciben
En un acto de amor o de pasión.
Sabemos que hemos de vivirla,
Que cuando nos traigan al mundo
Hemos de comenzar a andar
Por sus caminos.
La vida tiene muchos caminos
Unos con obstáculos y otros sin ellos,
Ellos nos llevarán a nuestro destino.
El primero no lo elegimos,
Nos llevan por él de la mano
Hasta que a mayores llegamos,
Hasta que llegamos a la edad
De decidir nuestro destino.

Cuando llega este momento
Nos encontramos con más de un camino,
Entonces dudamos en nuestra elección
Si nos equivocamos…,
Podemos cambiar nuestro destino.
De lo que elijamos dependerá
Nuestra felicidad,
Podremos elegir bien o mal,
Una vez elegido ya solución no tendrá.
La vida no tiene vuelta atrás.
Lo hecho, hecho está.
Por el camino que escojamos
Transcurrirá nuestra vida
Hasta que lleguemos a su final,
Donde al fin encontraremos la paz,
Y dejaremos lo que hayamos sembrado
Durante los años que hemos vivido,
Por lo que hemos de procurar
No sembrar nunca el mal
Para dejar a nuestro alrededor
Mucho amor y felicidad.



jueves, 23 de enero de 2014

El pecado del orgullo




No hay pecado más grande que el orgullo,
El orgullo tapa todos los pecados.
Nunca habrá ninguno que pueda
Vencerlo, y jamás los habrá.

Tenemos muchos pecados,
La envidia, la arrogancia, los celos,
La vanidad, y, aunque no lo sabemos,
Tenemos muchísimos más.

Todos lo quieren vencer
Pero nunca podrán con él.
El orgullo puede más
Que todos los pecados
Que se puedan conocer.

Por eso él tapa
Los pecados que tenemos,
Aunque no nos demos cuenta
Tenemos el orgullo dentro.
Las personas orgullosas
Desprecian a los demás,
Pero no saben que a ellos
También los despreciarán.

Serán despreciados
Por sus pecados
Que no podrán ocultar su orgullo.
Aunque sus pecados oculte
Siempre se conocerán
Las personas orgullosas,
Por su arrogancia y desdeño
Hacía los demás.

Los que tengan el orgullo
Dentro de su corazón,
Nunca sabrán lo que vale
La amistad…,
Nunca la conocerán.
Las personas que desdeñan
Y desprecian a los demás,
No podrán tener la felicidad
De saber lo que es un amigo de verdad.



martes, 14 de enero de 2014

Los caminos del amor





Cupido le dijo al amor
Ve a buscar un corazón,
Entra en él…,
Para que los humanos
Sepan lo que eres.

El amor, muy obediente,
Fue a buscarlo prestamente,
Buscó por todas las ciudades,
Por todas las de la tierra.
Encontró muchos corazones
Pero no pudo entrar en ellos.

En uno, encontró la envidia,
En otro, el egoísmo,
En otro encontró el odio,
En todas las ciudades que visitó
No encontró un corazón
Que quisiera recibirlo.
Todos estaban invadidos
Por la rutina, los lujos,
Y los placeres de la vida.

Nunca se dio por vencido,
El amor no se deja vencer
Por mucho que le cueste
Entrar en un corazón.
Pensó, si no encuentro aquí
Uno en el que entrar,
Me iré a otra ciudad
Donde no impere la envidia,
El lujo ni la vanidad.

Parecía que el amor desaparecía,
Que no iba a buscar más.
Pero el amor decidió
Buscar un inocente corazón
A un lugar donde
No hubiera llegado la civilización.
En un lugar muy hermoso y lejano
Encontró muchos corazones
Que no estaban invadidos
Por ninguno de los pecados
Que tienen las civilizaciones.

El amor nunca desaparecerá,
Siempre habrá un corazón
Que lo reciba con felicidad,
Y si no lo puede hallar
Buscará en los más recónditos lugares
A los que no hayan llegado
Los males que dan la envidia,
El lujo y la vanidad,
Los males que corrompen en las grandes ciudades.

 


martes, 7 de enero de 2014

Año Nuevo, vida...





Año nuevo, vida nueva,
Eso se suele decir
Pero no es así,
Cuando cambiamos de año
Todo sigue igual,
A no ser que seas afortunado
En los juegos de azar,
Aún así…,
Esto no se sabe si ha de ser
Para bien o para mal,
Con el tiempo, ya se verá.

¡Vida nueva!, ¿en qué consiste?,
Que seas alegre y te vuelvas triste,
O al contrario…,
Eso no pasa en un instante
Y depende del ambiente en que te encuentres.
Que seas pobre y te hagas rico,
O al contrario…,
Si de la fortuna no eres el destinatario,
Eso es muy difícil porque
La diosa fortuna solo favorece
Entre miles de personas una.

Continuaría detallando cuantas cosas
En la vida pueden cambiar
Para que no siga igual,
Pero la lista sería muy larga,
Vamos a pasar a tratar de comprobar
Que nada cambia, que la vida sigue igual,
Que cuando cambia siempre es para mal
Porque alguna desgracia nos sucede
Y ese cambio nunca nos ha de gustar
Preferimos que siga igual.
No sé si me he explicado
Que el dicho al principio citado
Rara vez se cumple
La vida nunca cambia,
Muchos años han de pasar
Y el cambio siempre lento será
Tanto, que casi no lo notaremos
Cuando nos miremos en un espejo,
No nos daremos cuenta
De que vamos envejeciendo
Lenta pero inexorablemente, con seguridad,
El espejo nos lo dirá.


miércoles, 1 de enero de 2014

El cambio del espíritu de la Navidad





En estas Fiestas, he recordado, con añoranza, la Navidad que se vivía en mi Ciudad en mi infancia.
En aquellos tiempos, no había luces, ni se adornaban las calles como en la actualidad, entonces las calles eran inundadas por el verdadero espíritu de la Navidad, y cantábamos y bailábamos con alegría y felicidad.
No había luces, pero no hacían falta, el pueblo brillaba, y la luz que en la actualidad adorna nuestra Ciudad, la daba el pueblo, que con su luz llenaba las calles, iban y venían, cantando y bailando; los niños con sus zambombas y panderetas, con su música tradicional, daban vida y más alegría, y muy contentos estaban, de celebrar una pequeña fiesta, en las calles que entonces habían, eran pocas, pero suficientes para encontrar la felicidad, que hoy, aunque queramos, no podemos encontrar de la misma forma, ya, que, al parecer, hoy en día, se ha perdido el verdadero espíritu de la Navidad.
También solían pasar las pastorales por las calles, cantaban en las puertas de las casas, y a cambio, les daban, polvorones y anís, que ellos aceptaban y agradecían, cantando un villancico en cada puerta, que el obsequio les hacía. Luego, cuando se iban, cantaban sus villancicos por todas las calles, todas las recorrían, y daban mucha alegría, porque al oírlos era cuando se sabía que había llegado la alegría, y que la Navidad venía, ellos la traían, con su canciones y con su música,
con ellos la tradición no se perdía, ni se perdería, si continuarán cantando sus villancicos, por esta ciudad, que esa bella tradición nunca más vivirá, porque las pastorales no existen, ni volverán a existir, se han perdido, igual que se ha perdido el verdadero espíritu de la Navidad.
Entonces, tan solo había una juguetería, el nombre de Cintrano tenía, aún existe, pero es distinta, los niños de entonces menos juguetes tenían, y esperaban a los Reyes con mas ilusión, y sentían más alegría cuando los Reyes venían, porque no tenían el exceso que tiene los niños de hoy en día, y eso hacía, que disfrutaran más de lo que les traían.
El ambiente, como he dicho, era distinto, se respiraba el espíritu de la Navidad, era más denso y más dulce, y envolvía el casco antiguo, el mismo que hay y que habrá, el casco antiguo nunca se perderá, porque es el corazón que late con sus habitantes, y latiendo seguirá, el tiempo nunca podrá parar esos corazones que aman de verdad a su Ciudad.
En el día de los Reyes, las calles se inundaban de gente contenta e ilusionada, entraban a la juguetería, y salían con la ilusión en sus manos, con la ilusión de sus hijos, porque sabían que si los Reyes les traían lo que querían, por la mañana, al levantarse, al ver los juguetes que puestos tenían, no en el árbol, porque entonces no había, votarían de alegría, y con eso, les alegrarían, y con los juguetes que se encontraban, jugaban, y felices estaban.
Poco más hay que contar de la Navidad en otros tiempos de mi Ciudad,  tan solo que tengo nostalgia de aquellas fiestas que felices pasábamos, todos juntos, como se debe estar, pero eso se ha perdido, ya no existe el mismo espíritu de Navidad, porque, al parecer, ha cambiado con la modernidad, y esa modernidad solo nos ha traído, que perdamos nuestras tradiciones, y vivamos las fiestas de otro modo más material, con más lujo, sin necesidad, sin tener en cuenta que hay mucha hambre en el mundo; no somos solidarios, porque los que todo tenemos, no sabemos, de lo que carecen los demás, y nunca aprenderemos que nosotros que de nada carecemos, podemos ayudarlos, de una manera u otra, da igual, la cosa es ayudar, y dar a los demás lo que a nosotros siempre nos sobra en esas grandes comilonas que tenemos en las fiestas de Navidad.

Tan solo escribo estas memorias, para que sepáis la Navidad en otros tiempos en mi Ciudad, con las que se disfrutaría más, porque había más alegría y felicidad, y el pueblo estaba unido y unido seguirá, aunque se haya perdido aquella bonita y tradicional fiesta, que entonces reinaba en las calles, y que ya, por desgracia, no volverá, porque hoy en día, la Navidad no se celebra igual que antes, y creo que nunca más se llegará a celebrar, al menos en mi bonita Ciudad